Algo muy importante a tener en cuenta en nuestros tejidos es el grado de acidez o alcalinidad, que se mide por el pH (P significa potencial y la H es el símbolo del hidrógeno). La escala de pH va de 0 a 14. Como 7 es el punto medio, todo lo que baje de 7 será ácido, lo que sea mayor que 7 será alcalino y el 7 será neutro. El pH de nuestro organismo ha de estar entre 7,40 y 7,44. Por debajo de 6,9 entramos en estado de coma y a los 6’8 puede sobrevenir la muerte. Como el margen es muy estrecho y nuestro sistema de vida tiende a la acidez (mala alimentación, estrés, medicación y contaminación) nuestro cuerpo tiene mecanismos para evitar que nuestro pH baje demasiado. Para lograrlo echa mano de nuestras reservas alcalinas y si lo hace muy a menudo estas reservas bajan hasta producir enfermedades. Así, si recurre por ejemplo al calcio de nuestros huesos puede ocasionar osteoporosis o si hace lo propio con el potasio que tenemos en nuestros músculos tenemos calambres o problemas en el corazón (que es nuestro músculo más importante).